domingo, 16 de noviembre de 2014

El polémico hundimiento del acorazado Maine

El 25 de enero de 1898, se hundió en La Habana el acorazado Maine, perteneciente a los EE.UU., dando así lugar a la Guerra hispano-estadounidense. En ese mes, el barco llegó a La Habana con la excusa de satisfacer los intereses de los ciudadanos estadounidenses en la isla, sin previo aviso a las autoridades españolas. Ésto creó una cierta tensión entre americanos y españoles, quienes enviaron a Nueva York al barco Vizcaya, pero parece ser que el Capitán General de Cuba, Ramón Blanco, y el capitán del Maine, Charles Sigsbee, se hicieron incluso "amigos". Pero esa noche
el acorazado Maine explotó, siendo ésta una excusa para comenzar una guerra, la tan conocida por desastrosa Guerra hispano-estadounidense, que tendría comienzo dos meses después del hundimiento.

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El acorazado Maine tras la explosión

Fue tal la inocencia de España durante los días en los que el Maine estuvo atracado en La Habana, que la noche de la explosión se estaba llevando a cabo un baile al que se invitó a parte de la tripulación del acorazado. Murieron 266 estadounidenses y, aunque no fue este hundimiento el casus belli de la guerra según EE.UU., todo apunta que fueron los americanos los que provocaron la explosión (las investigaciones dicen que la explosión fue interior), siendo esta hipótesis avalada por la últimas investigaciones dirigidas a documentos desclasificados americanos. Tras la guerra, acabada en agosto de 1898, España perdió lo poco que quedaba del otrora vasto Imperio Español, concretamente Cuba (que logró la independencia), Guam, Puerto Rico y Filipinas, territorios que fueron cedidos a EE.UU. por 20 millones de dólares.

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